lunes, 25 de febrero de 2013

HISTAMINAS Y FIBROMIALGIA



   Las personas que padecemos FIBROMIALGIA sufrimos una disregulación del sistema nervioso central, inmunológico y neuroendocrino, una hipersensibilidad a estímulos como la luz, los ruidos, los olores, el estrés o los productos químicos. 

   Estos estímulos pueden exacerbar los síntomas de estas enfermedades liberando distintas sustancias proinflamatorias, entre las que destaca la histamina. 

   Se trata de una molécula inmunológica que actúa de forma directa e indirecta regulando a otras sustancias a nivel central y en órganos periféricos (digestivos, piel, musculoesquelético…).

   La elevación de esta sustancia mantenida en el tiempo provoca en muchas personas una gran variedad de síntomas como dolor de cabeza, dolores musculares o articulares, cansancio e intolerancia a los esfuerzos, trastornos en la memoria, vértigos, alteraciones digestivas que van desde el estreñimiento a las diarreas, trastornos en la regulación de la temperatura con frío persistente o calor, entre otros síntomas.

    La histamina, una molécula presente en todos los seres vivos y en todos los alimentos, es un compuesto vital para el organismo. Está presente en todos los productos alimentarios aunque en distintas proporciones de unas especies a otras. Por tanto, la histamina es necesaria para la vida. Sin embargo, la histamina puede acumularse en exceso y convertirse en una molécula "dañina".

   Cuando existe una desproporción entre la histamina ingerida o liberada a partir de las células que la almacenan en el organismo y la capacidad de metabolización de la misma se produce su acumulación en el plasma y la aparición de efectos adversos, lo cual se conoce como Histaminosis alimentaria. Siendo el más destacado la migraña, por una vasodilatación de las arterias producida por el citado exceso de histamina.

   ¿Qué alimentos contienen histamina?

o Alcohol, especialmente vino tinto y cava
o Productos lácteos
o Marisco, pescado y salsas de pescado
o Embutido crudo, como salami o bacon
o Algunas verduras, como los tomates, las espinacas o las berenjenas
o Cítricos, fresas y plátano

   En especial, la ingesta combinada de alimentos con un alto contenido de histamina, como por ejemplo vino tinto y queso, puede desencadenar síntomas muy fuertes.

   Las reacciones habituales de intolerancia después de una comida con alimentos ricos en histamina son, por ejemplo:

o Migraña y otras cefaleas
o Erupción cutánea, picor, formación de ampollas
o Trastornos digestivos, como diarrea, dolor abdominal, retortijones, flatulencia, sensación de hinchazón
o Contracturas, dolores osteopáticos
o Asma, dificultades respiratorias
o Nauseas, taquicardias, vértigo
o Congestión nasal o secreción nasal